Tras un matrimonio apresurado, Andrea y Javier, forzados a unirse, enfrentan crisis juntos. Cuando Andrea funda su empresa, se revela la verdadera identidad de Javier. Ambos logran éxito profesional y felicidad.
Decidió criar sola a su hijo, pero cuando el pequeño fue diagnosticado con leucemia y necesitó un donante de médula, una pregunta la atormentó: ¿Debería ir a rogarle a él?